miércoles, 2 de noviembre de 2011

La vergüenza de los hijos.

La primera vez que me dí cuenta de que mi hijo sentía vergüenza de mí me metí en el baño y me puse a llorar.. ...Hasta hacía nada era un niño mimoso que se pegaba a mí como una lapa. ¿Qué estaba pasando?.¿Por qué mi chiquitín no dejaba que le diese un beso en la puerta del colegio? No entendía qué le hacía alejarse de mí cuando aparecían sus amigos, qué le empujaba a soltarme la mano si aparecía un vecino o conocido.

Comenté con amigas que, suponía , estaban en la misma situación , y la respuesta era siempre la misma: Son adolescentes.

Como no sabía cómo enfretarme a aquello, que era nuevo para mí,  decidí , poco a poco , aceptar que era una situación transitoria. Comencé a tomármelo con sentido del humor  y  a "chincharle" delante de sus amigos siempre que podía......Ahora me río, creo que acabó entendiendo que no hay nada más fuerte que el amor de una madre.

Hace dos días se sentó a mi lado mientras yo estaba concentrada y me acarició la oreja....   Fue sólo un gesto, pero puedo prometeros que tuve una de las sensaciones más agradables que he sentido en mi vida. Sé que me quiere, sé me me respeta y se enorgullece de mí. Sé que esa es su forma de pedir perdón por el año de "ausencia" de emociones.

Eso no quita que siga metiéndose con mi forma de bailar y que crea que soy carca y antigua.
No me importa. Le quiero con toda mi alma.

Por cierto, no pasa un solo día sin que me de mi beso para merendar  cuando voy a buscarle...... Aunque miren sus amigos.

Ahora me río, he aprendido a entenderle.

1 comentario:

  1. El amor de una madre es incondicional. Sabes que pase lo que pase siempre tendrás el amor de tu madre. Es más común que a los hijos se nos olvide o abusemos de esa incondicionalidad.

    ResponderEliminar

Añade tu comentario y contestaré en cuanto me sea posible.